Foto de familia.

Foto de familia.
Ascensión a La Aguja Letour. Alpes franceses.

miércoles, 16 de julio de 2008

(20080716) Zumaia-Ermita-Itzurun-Rasa mareal-Sakoneta-Sta. Kataliñ-Deba.

Último tramo de la etapa. Bajando a Deba desde Sta. Catalina. Fotos varias de la rasa mareal.
Algunas con bicho....
Más bichos......
Bastantes bichos.....
Otras......,sólo el paisaje.
Era dificultoso andar sobre la rasa.
Un pequeño descanso mientras hacemos "profundos estudios geológicos".
Esta excursión la comentamos la semana anterior. Queríamos hacer la tradicional Zumaia – Deba de la vuelta a Gipuzkoa, pero por la rasa mareal. Es decir, la mayor parte de la misma, hacerla por el borde del agua. Controlamos las mareas y tomamos la decisión de hacerla hoy. El tiempo y las mareas coincidían por lo que decidimos coger el tren de las 8,15 horas y nos presentamos en Zumaia sobre las 9 horas. Tomamos el consabido camino hacia la ermita y la playa de Itzurun y en pocos minutos nos situamos en las rocas al lado de la playa. El día estaba muy bien y la marea todavía no había bajado del todo, por lo que teníamos el tiempo necesario para hacer la travesía. La zona era preciosa, nos hemos encontrado con varias pequeñas cascadas de agua, el juego de la rasa mareal con el agua era precioso, las formaciones de las paredes y las del suelo a veces formaban unos conjuntos de ensueño. El camino no era muy agradable porque tenías que ir todo el rato con cuidado y moviendo punteras, gemelos y cuadriceps, pero el paisaje lo merecía. De vez en cuando te encontrabas con formaciones caprichosas, otras veces parecía que estabas en una bolera, otras que caminabas entre las vías del tren, etc. En fin, fabuloso. Teníamos duda hasta donde podíamos llegar porque no sabíamos seguro si podríamos pasar de Sakoneta, pero bueno, parece ser que con un poco de suerte y en una siguiente aventura podremos pasar de Sakoneta a Endata y de allí, casi, casi hasta el mismo Deba. ¡Tenemos que probarlo! Al final hemos salido en Sakoneta y nos hemos parado unos minutos para comer unos frutos secos y algo de agua. A partir de allí el camino es el tradicional, los típicos sube-baja hasta la depuradora, luego el repecho hasta la carretera y la parte final hasta la ermita de Kataliñ. Hacía bastante calor por lo que después de refrescarnos en la fuente nos hemos sentado a la sombra para dar buena cuenta de las viandas habituales, a saber:
- Moluscos gallegos en escabeche de aceites nobles y otros no tan nobles.
- Lomitos de Sardinops neopilichardus a los aceites vegetales de Jaén.
- Delicatessen de Hernialde conservadas en ácidos balsámicos orientales junto con anchoas del Cantábrico aderezadas por los mejores aceites vegetales de Andujar.
- Frutos de olivo verde sin el incordio interior.
- Todo ello regado con dos caldos:
El primero afrutado, joven, aromas a flores, suave, etc., es decir, delicioso.
El segundo también joven pero con más cuerpo y grado, color teja oscuro, aromas a frutas silvestres y cierto retrogusto a sabores indefinidos que te trasladaban al mundo de los placeres.
- En dos palabras, estaban de “p........ madre”.

Una vez terminado con este delicioso almuerzo nos hemos puesto en marcha para el descenso final hasta el túnel de Deba. Una vez en la carretera nos hemos dirigido hacia la playa y después de cambiarnos adecuadamente nos hemos dado un baño de los de “boina”.
El agua deliciosa, la temperatura ambiental genial y después ducha de agua dulce. Entre “streeptease” y “streeptease” nos colocamos bien las mochilas y nos ponemos en marcha hacia la estación. Antes hemos tomado el consabido café con “chupito” y hemos puesto dirección al tren. A los pocos minutos lo hemos cogido para volver a Donostia.
Ha sido un día excepcional: Sol, luz, mar, panoramas sensacionales, etc. etc. Uno más para la historia. Bueno chicos, hasta pronto y a ver si nos juntamos todos.
Hemos comenzado a andar sobre las 9 horas y terminado sobre las 14:30 horas. El desnivel acumulado en subida ha sido de unos 400 metros. El día ha sido precioso, azul y con muy pocas nubes.







miércoles, 9 de julio de 2008

(20080709) Arrate-Krabeliñ-Akondia-Kalamua-Ermita S. Pedro-Usartza-Arrate.

Santuario de Arrate.
En la cruz de Arrate. En la cima de Kalamua.
Sujetando la ladera para evitar desprendimientos.
Con intención de repetir una excursión que ya hicimos en Febrero de 2.006, pero esta vez con un tiempo espléndido, nos dirigimos hacia Eibar para después subir hasta Arrate. Una vez allí nos equipamos y nos pusimos en marcha. Esta vez faltaba el amigo “Julián” que debe estar por la Sierra de Gredos en compañía de su señora. Entre bosques de hayas y también mucho pino insignis, tomamos el camino, bastante bien indicado como PR-GI-108. Pasamos por detrás del Hotel Krabeliñ y continuamos subiendo. Sin darnos cuenta, abandonamos el camino habitual y nos adentramos en otro que debe ser el PR-GI-122 que bordeando Akondia nos llevó casi directamente hasta Kalamua. Ya una vez en el collado subimos a la cima. Nos sentamos en la cima y además de beber algo de agua, comer unos frutos secos, estuvimos un rato contemplando el “panorama imponentia”. Aunque a lo lejos había algo de bruma, el paisaje era sensacional. La brisa reinante te invitaba a quedarte a vivir en la cumbre. Al rato recogimos los trastos y volvimos al collado para retomar el camino que nos llevase a la ermita de San Pedro y después a Usartza. Después de llegar a la ermita de San Pedro, donde tuvimos algunos problemas con una par de perros del caserío de al lado, retomamos el sendero de inicio y llegamos a Usartza. Desde Usartza y en dirección a la vaguada que bajando conduce hacia Aguinaga y Markina, teniendo enfrente el peculiar monte Urko, volvimos a la zona de las campas de Arrate. Estaba precioso, apenas había gente y como todavía teníamos bastante tiempo fuimos hacia la cruz con intención de contemplar el valle del Ego, desde la misma. Volvimos al santuario y entramos para poder cantar el “Arrateko ama.....”, ver los cuadros de Zuloaga, etc. Una vez hecho todo esto elegimos una mesa entre hayas para disponernos a dar buena cuenta de las viandas que habíamos transportado.

- Moluscos gallegos en escabeche de aceites nobles.
- Lomitos de Sardinops neopilichardus a los aceites vegetales de Jaén.
- Túnido boreal.
- Delicatessen de Hernialde conservadas en ácidos balsámicos orientales junto con anchoas del Cantábrico aderezadas por los mejores aceites vegetales de Andujar.
- Todo ello regado con dos caldos: El primero afrutado, joven, aromas a flores, suave, etc., es decir, delicioso. El segundo con cuerpo y grado, color picota, aromas a vainilla y cierto retrogusto a sabores indefinidos de maderas nobles.
- En dos palabras, estaban de “p..... madre”.

Una vez terminado con este delicioso almuerzo nos dirigimos rápidamente al restaurante Cantabria con intención de tomar café. Tomamos algo más que café. Una vez terminados los ritos acostumbrados nos dirigimos al coche para volver a Donostia.

Ha sido un día excepcional: Sol, luz, panoramas preciosos, perros, ermitas, iglesias, caseríos y también la sintonía de Radio Arrate.
Uno más para la historia. Bueno chicos, hasta pronto y a ver si nos juntamos todos.
Comenzamos a andar sobre las 9,30 horas y terminamos a las 13,30 h. El desnivel acumulado en subida ha sido del orden de 400 metros.





miércoles, 2 de julio de 2008

(20080702) Donostia - Orio por la GR-121.

Orio a la vista. En la playa de Orio.
Esta excursión fue decidida ayer a última hora, ya que escaseaban las ideas para realizar otra. Al final, únicamente nos hemos encontrado Joxean y el que suscribe ya que uno de los habituales está cumpliendo con su 15 % de compromiso laboral y el otro tenía ciertos compromisos pictóricos. Quedamos citados a las 8,45 horas en el Hotel de Londres para realizar esta excursión que la única variedad que presentaba era que queríamos hacerla totalmente por la GR-121. Así ha sido. Hemos comenzado a andar, como es habitual, por el Paseo de La Concha, Erreguenea, Leku Eder, pero después hemos tomado el camino de la pensión Tximistarri para tomar el sendero de la GR. El camino es bonito, yo casi no me acordaba de la última vez que lo recorrí y me ha parecido totalmente nuevo. La verdad es que el tiempo estaba fenomenal para andar, no hacía sol, la temperatura era muy agradable y además soplaba algo de brisa. Casi todo el recorrido es un sube-baja ya que intenta ir lo más cerca del mar posible, pero los diferentes acantilados y barrancos hacen que se convierta en una montaña rusa. Al principio el sendero estaba precioso, amplio, despejado y con buenas vistas. Al poco rato y debido a las lluvias de los últimos meses, al calor de las últimas semanas y a que no hay mucha gente que lo utilice, nos hemos encontrado con el Mato Groso. Los helechos nos llegaban a la altura de la cintura y además no dejaban ver el sendero, con el riesgo que ello conlleva. Hemos echado en falta un buen machete como en las selvas tropicales. Teníamos que caminar con doble ojo para evitar tropezar con alguna piedra o meternos en algún agujero. Hemos pasado por la famosa laja gigante que se divisa desde mar adentro y que sirve de referencia a muchos barcos y txalupas. También hemos pasado por una casa un tanto extraña que parece de “okupas” y encima nos las hemos tenido que ver con un perro un tanto nervioso. Nos han adelantado tres chicos que nos han dicho que estaban haciendo una travesía y que venían desde Bayona y además tenían intención de seguir la GR, por lo menos hasta Marquina. Seguimos el camino y nos encontramos con más helechos, zarzas, pintxos, etc., pero lo peor era que no podíamos levantar mucho la vista del suelo. También nos ha tocado subir alguna cuesta en la que tenías que trepar y que incluso habían puesto una sirga para ayudarse. ¡Buena idea! Al final hemos llegado a la playa de Orio y el tiempo había cambiado, veíamos nubes que amenazaban lluvia pero hasta entonces no nos había caído ninguna gota de agua. La verdad es que por este camino la excursión a Orio se hace mucho más larga. Nos ha costado más de 4 horas y media llegar a la playa y apenas hemos hecho paradas. Nos hemos parado dos veces para beber agua y poco más y en total no habremos parado mas de diez minutos. Una vez en la playa hemos visto a los socorristas que se estaban aburriendo y a nadie más. Nos hemos sentado en un pretil y preparados a dar buena cuenta de nuestro menú. Los dos teníamos en mente que si seguíamos 15 minutos más hacia el pueblo nos íbamos a encontrar con los aromas de los besugos, pero hemos sido fuertes y hemos resistido a la tentación prefiriendo gozar de nuestro propio menú a base de marisco y pescado:

- Moluscos gallegos en escabeche de aceites nobles.
- Lomitos de Sardinops neopilichardus a los tomates de Hernialde.
Todo ello regado con un caldo: Blanco, afrutado, joven, aromas a flores, suave, etc., es decir, txakolí.
- De postre, unos frutos tropicales secados al sol del Caribe.

Una vez concluidos los trámites del almuerzo hemos recogido los trastos y nos hemos dirigido al pueblo. Tal y como pensábamos al pasar por la plaza se nos han vuelto a despertar los jugos gástricos al ver la parrilla del Joxe Mari: Besugos, sapos, txuletas, etc.
Hemos sido fuertes y hemos pasado de largo hasta un bar próximo donde tomar un café. De allí directamente a la estación ya que había empezado a llover aunque fuese en plan sirimiri. Cogemos el tren de las 15,15 horas y en poco tiempo más hemos llegado cada uno a su destino.
Otro día más para recordar. A pesar de todo la excursión ha sido muy bonita.
Hemos comenzado a andar el Alderdi-Eder sobre las 8,45 horas y terminado a las 13:30 horas. El desnivel acumulado en subida ha sido de unos 300 metros.