Foto de familia.

Foto de familia.
Ascensión a La Aguja Letour. Alpes franceses.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

(20091125) Circular Amasa-Loatzo-Uzturre-Belabieta-Arizmendi-Amasa.

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Senderos hacia Loatzo.
Buscando perretxikos.
En la cima de Loatzo.
La cruz de Uzturre.
Bonito cortafuegos.
Macizo del Ernio desde Uzturre.
Otra vista del Ernio.
Foto de familia en Uzturre.
En la cima de Uzturre.
El tan afamado y discutido monte Urdelar.
Mirando al cielo, por si acaso.
La presidenta del consejo de administración.
Ejemplo de ecologismo de los cazadores de la zona.
Otro ejemplo.
Sendero del cordal con los puestos de caza.
Túmulo cerca de Arizmendi.
Hacia Arizmendi.
Dispuestos para el almuerzo.
Llegando a Amasa.
Al fondo la iglesia de Amasa.
Esta excursión la teníamos pendiente desde hace mucho tiempo. La primera vez que la intentamos era un día de perros y después de llegar a Loatzo y comenzar a subir a Uzturre nos desviamos rápidamente hacia Tolosa porque estábamos mojados hasta los huesos.
La siguiente vez posiblemente fuese el año pasado, el tiempo era espléndido y el camino precioso, pero a la altura de Uzturre perdimos el track del GPS y seguimos el camino un poco a ciegas, llegamos a Belabieta y desde allí nos dirigimos directamente a Amasa en lugar de seguir el cordal y pasar por Arizmendi.
Esta vez queríamos terminar completamente la excursión y es lo que hemos hecho, sin mayores problemas. El día era bastante bueno, a pesar de la velocidad del viento que en ocasiones era muy fuerte y tenías que andar con un poco de cuidado.
Quedamos citados para coger el tren de Renfe que nos llevase a Billabona y desde allí subir hacia Amasa.
Después de salir de la estación nos paramos a tomar un café y continuamos camino en dirección a Amasa. Desde allí seguimos el camino por pista en dirección al fondo del valle y con intención de subir a Loatzo. El camino, como siempre, precioso, entre bosques pero sin que viésemos ninguna seta o similar.
Los temas de conversación del día han sido muy variados: Alakrana, los pescadores del Indico, el Ararteko y los menores inmigrantes, el Metro de Donostialdea, pero sobre todo tuvimos ciertos problemas con la definición "Delante" o "Detrás" con respecto al monte Urdelar.
Llegamos a Loatzo y el viento era fuerte, era viento sur pero soplaba con mucha fuerza. En pleno bosque nos dábamos cuenta que el viento estaba rompiendo ramas secas de robles, hayas y de todo lo que tenía a mano y por si acaso íbamos con cuidado mirando que no nos cayese nada.
Al llegar a la cima nos sacamos las fotos de rigor y nos dirigimos al interior de la pequeña borda con intención de beber algo de agua y comer fruta y algunos frutos secos.
A los pocos minutos nos pusimos en marcha nuevamente en dirección a Uzturre. El viento seguía soplando con mucha fuerza. Llegamos a la cruz de Uzturre y estuvimos un rato contemplando el paisaje pero tuvimos que irnos porque el viento arreciaba. Seguimos hacia el buzón de Uzturre y el vértice geodésico y desde allí tomamos el cordal que nos llevase a Belabieta.
Afortunadamente las obras para el encauzamiento de las tuberías de gas natural ya habían terminado y en su lugar se apreciaba un gran cortafuegos que mejoraba el paisaje de la época de las obras. Llegamos al vértice geodésico de Belabieta y nos dimos cuenta que el buzón del monte no lo habían recuperado. Unos quinientos metros más adelante lo encontramos nuevamente. Estaba bastante destrozado aunque lo habían puesto en una cosa parecida a un túmulo de piedras. No sabemos dónde estaba en origen y antes de las obras del gaseoducto, pero lo que parece claro es que donde está ahora no es su sitio original.
Continuamos camino por el cordal que coincidía con el cortafuegos hecho aprovechando las obras del gas y nos dimos cuenta que a los lados había puestos de cazadores para el pase de paloma. Unos eran altos y con estructura metálica y otros bajos, de madera y camuflados con hojas secas de pino. Lo que sí tenemos claro es que hay muchos cazadores que no son nada ecologistas y encima bastante poco respetuosos con el medio ambiente y con el resto de las personas que tienen derecho a encontrar el monte y los bosques razonablemente limpios.
En las fotos que podéis ver se puede comprobar un ejemplo de lo que decimos. Son fotos únicamente de un par de puestos elegidos al azar. La mayoría de los mismos estaban igual de sucios.
¿Es tan complicado llevarte aquello que has traído, una vez utilizado?
¿Dónde están los cazadores que presumen de ecologistas?
¿Dónde están los responsables de la asignación y cobro de los puestos?
Tratando el monte de esta manera no es de extrañar que el colectivo de cazadores tengan tan mala fama y únicamente se les conozca como "escopeteros".
En fin, continuamos camino y llegamos a una cruz con aspecto de un pequeño altar que no sabemos por qué está en ese lugar ni a qué se debe su ubicación, pero sí es un tanto extraño la construcción ya que no tiene ninguna indicación, ni nombre alguno. Un poco más adelante llegamos a un túmulo y después al Arizmendi. Desde allí comenzamos a bajar hacia la autovía del Leizarán y después de pasar por debajo de la misma llegamos a una zona de descanso con mesas, zona de recreo para niños, etc.
Sin pensarlo dos veces nos sentamos alrededor de una mesa y comenzamos a dar buena cuenta de las viandas que habíamos traído. El menú de hoy ha sido el siguiente:
-Bivalvos de Finisterre en emulsión de aceites jerezanos.
-Sardines Pischardus maceradas en óleos granadinos y otras, además, aderezadas con verduritas.
-Tortitas de huevo de gallina negra con fina patata gallega y su verdurita.
-Finezza de huevo de Hernialde con steak tartare de vacuno y porcino.
-Surtido de ibéricos con su toque de pimentón de la Vera.
Todo lo anterior muy bien regado con un blanco del año de uva Hondarrabi Zuri, fermentado de la manera tradicional para obtener aquel punto de aguja tan necesario e imprescindible. Su sabor era muy afrutado en boca, en nariz producía ese cosquilleo tan agradable y tradicional que evocaba esas inmensas laderas totalmente llenas de parras desde las que se contempla el magnífico mar Cantábrico. Después de esta experiencia, abrimos un tinto del año de Ribera del Duero, con el fin de culminar la comida de una manera redonda. Este caldo también era afrutado pero llevaba a evocar tonos de romero, tomillo, vainilla y un poco de tierra. En definitiva, estaba genial.
Para culminar tomamos café caliente y un poco de agua bendita.
¡Sencillamente extraordinario!.
Recogimos todo (no como los cazadores de los puestos) y nos pusimos en marcha hacia Amasa. Desde allí bajamos a Billabona y antes de llegar a la estación tomamos otro café acompañado de otro poco de agua bendita. !Todo genial¡ Desde allí nos dirigimos a la estación y a los pocos minutos cogimos el tren en dirección a Donostia.

Hemos comenzado a caminar sobre las 8,30 horas y hemos terminado sobre las 16,30 horas en la estación de Billabona.
El tiempo en movimiento ha sido de 5 horas y 30 minutos a una media de 3,9 kms./hora.
La longitud del recorrido ha sido sobre los 21,6 kms. y el tiempo que hemos estado detenidos para picar, sacar fotos, comer, tomar café, etc., ha sido de 2 horas y 30 minutos.
El desnivel acumulado ha sido de 1.490 metros, aproximádamente, tanto en ascenso como en descenso.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

(20091118) Circular Bakaiku-Pto. Lizarraga-San Adrián-Sta.Marina-Bakaiku

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Inicio de la travesía.
Empezamos la subida con bastante niebla.
Subimos por encima de las nubes y nos encontramos con Beriain entre algodones.
A pesar de todo la niebla seguía.
Bonita ladera antes de alcanzar el Puerto de Lizarraga.
La Sakana cubierta de nubes.
Es un panorama que merece la pena apreciarlo.
Parece un regalo cubierto de algodones.
Aparece Beriain como surgiendo de entre las nubes.
¡Es muy bonito! ¿Verdad?
No nos cansamos de contemplar el paisaje.
Foto de familia.
En el Puerto de Lizarraga.
Otra vez La Sakana desde un poco más arriba.
Bonitos perfiles.
El último mohicano.
Los propietarios del terreno en su terraza particular.
Los mismos dueños en pleno vuelo.
El fondo del valle desde San Adrián.
En la cima de San Adrián.
Curiosidades micológicas.
Senderos de Urbasa. El amigo Xanti aprovecha la pista para leer algo que tenía pendiente.
Llegando a la sima.
Un claro en el bosque.
Bonitos senderos de Urbasa.
Más senderos.
Indicador para Santa Marina.
Son unos bosques preciosos.
Muy bonitos.
Bonitos de verdad.
Sin comentarios.
Tenemos a la vista Santa Marina.
La Sakana sin nubes.
Postes indicadores.
Otra zona de La Sakana.
En Santa Marina tomando decisiones sobre el lugar del almuerzo.
Iniciamos la bajada a Bakaiku.
Cerca de Bakaiku.
Hemos llegado al pueblo.
Al fondo la iglesia.
Casa solariega en Bakaiku.
De las excursiones previstas nos quedaban dos: Una circular por Amasa y Uzturre y ésta.
Después de una serie de votaciones y cierta problemática sobre la validez de ciertos votos, nos decidimos por realizar la que estoy contando.
Quedamos citados en los lugares habituales sobre las 7,30 horas y nos dirigimos al punto de inicio de la excursión: Bakaiku.
El tiempo era fresco y al llegar al pueblo vimos que había bastante niebla pero que posiblemente en las zonas altas estuviese despejado.
Comenzamos a subir poco a poco comentando los temas habituales: Alakrana, la problemática de las ikurriñas de la Ertzanza, la ley de igualdad, etc.
Surgió un tema un tanto extraño que todavía no sé como salió. Estuvimos comentando sobre el inventor del radiador de los coches, argumentando que tuvo su idea contemplándose el escroto. El suyo o el de otro, ya que el sistema de refrigeración de los testículos es igual que el sistema de un radiador de coche y como el invento del radiador de coche es posterior al invento de los testículos...........,pues eso.
Sin más comentarios al respecto fuemos avanzando y dejamos las nubes abajo mientras contemplábamos todo el valle cubierto por un manto blanco.
El panorama era precioso. Podíamos ver Beriain entre nubes, todo el valle cubierto, al otro lado Aitzgorri, más lejos Udalatz y Anboto, etc. El paisaje era digno de contemplarse mientras subíamos por una ladera muy bonita.
Llegamos al Puerto de Lizarraga y de allí a la ermita de San Adrián.
Después de picar unos frutos secos y beber algo de agua continuamos el camino hacia los bosques de Urbasa.
El colorido de los árboles era muy bonito. El suelo totalmente cubierto de hojas caídas.
Ya estuvimos mirando con detalle pero no encontramos ninguna seta que mereciese la pena.
Esta vez no nos pudimos traer nada. Continuamos por los senderos y bosques de Urbasa hasta que llegamos a la cruz que hay en las campas de Gollano. Desde allí tomamos una pequeña desviación hacia una pista que nos llevó hasta Santa Marina.
En vista de la hora que era decidimos pararnos a comer en la zona. Nuestro menú de hoy ha consistido en lo siguiente:
- Abundante bivalvos gallegos a los finos aceites balsámicos.
- Frutos silvestres de la zona de Hernialde conservados en acetatos y acompañados por finos filetes de antxoa extinta.
- Testa de singularis porcus ibéricus y
- Carpaccio de pierna delantera de porcus oriundo de Emérita Augusta.
- Todo lo anterior bien regado por un tinto de la zona de Campo de Borja en el que se apreciaba su inestimable sabor a vainilla, algo de madera, cierto toque de garnacha y un imperceptible aroma a romero. En nariz acariciaba la pituitaria y evocaba los grandes vinos de la zona y en boca era una explosión de sabores que tardaremos en olvidar.
También pudimos apreciar otro caldo más fresco, con sabores a frutas, más jóven, menos hecho y con cierto handicap en su elaboración: Todavía se apreciaban los vestigios de su maceración carbónica. Todavía se apreciaba la aguja que le había dejado este tipo de maceración.
Después de todo lo anterior y para rematar esta espléndida comida tomamos un poco de café caliente acompañado con un poco de agua bendita.
Merece especial atención la cata del agua bendita citada, ya que denotaba aromas poco frecuentes y un poco especiales. De cualquier forma estaba espléndido.
Una vez recogido todo nos pusimos en marcha nuevamente con intención de bajar al pueblo y llegar al coche. El camino de bajada estaba un poco resbaladizo y merecía la pena hacerlo despacio y mirando dónde pisábamos. Poco a poco y confundiéndonos varias veces conseguimos llegar a un claro donde ya veíamos el pueblo, ya que nuestro problema era no bajar al pueblo de al lado. Al final ya llegamos a Bakaiku y nos dirigimos hacia la iglesia que era donde teníamos el coche. Después de acicalarnos un poco nos dirigimos rápidamente a la taberna para beber unas cañas con limón que estaban de vicio. Después de ésto nos pusimos en marcha con dirección a Donostia sin mayores problemas. Casi anocheciendo llegamos a nuestros respectivos domicilios.
Hemos comenzado a andar desde la iglesia de Bakaiku sobre las 8,45 horas y hemos vuelto al coche sobre las 17 horas.
La longitud del recorrido ha sido de 21,6 kms. con un desnivel acumulado en subida de 886 metros y de 907 metros en bajada.
Hemos estado en movimiento durante 6 horas y 2 minutos para hacer todo el recorrido a una media de 3,6 kms./hora.
El tiempo que hemos destinado a descansar en total ha sido de 2 horas y 12 minutos.