Foto de familia.

Foto de familia.
Ascensión a La Aguja Letour. Alpes franceses.

viernes, 24 de junio de 2011

(20110624) Ref Poqueira-Lagunas de rio Seco-Carihuela-Albergue universitario.

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Iniciando la última etapa.

Buen tiempo, bonitas vistas, algo de nieve.

El río Seco.

Todavía tuvimos que pisar nieve.


Los Raspones del Río Seco.

Lagunas de Río Seco.

Otra de ellas.

Posando para la revista.

Llegando a la pista.

Un pequeño descanso.

Un vistazo en el collado.

Al fondo se aprecia el Veleta.

Somos como unos puntitos en la nieve.

No hay más remedio que seguir cruzando neveros.

El Veleta un poco más cerca.

Bonita pose para la posteridad.

Refugio de la Carihuela.


Unos andando y otros con bici.

Los observatorios de Pradollano.

¿Kairn?

Las Posiciones del Veleta.

Cerca del altar de Edurnetxo.

Llegando al albergue.



El día anterior por la noche nos habíamos despedido de los/las encargados del refugio, pagamos la cuenta y al día siguiente únicamente teníamos que desayunar, recoger todo e iniciar la última etapa hasta Pradollano.
Teníamos un poco de inquietud ya que no sabíamos cómo estaría el terreno por la nieve, pero esta vez teníamos ventaja:

Sabíamos muy claro por dónde pensábamos volver.
Nos pusimos en marcha con muy buen tiempo, cielo azul, temperatura agradable, etc., es decir, como siempre. Nuestra intención era llegar a la pista por la zona de río Seco y desde allí a la Carihuela.

El día anterior en el refugio cenamos junto con un inglés que estaba dando vueltas por la zona. Era mayor pero tenía buen aspecto y parecía en muy buena forma.
Pues bien, nos lo encontramos en el camino ya que parecía querer ir al Mulhacen a través de la zona de río Seco. Volvimos a encontrarle en la pista y vimos que llevaba un buen ritmo. Nos pusimos a hablar con él un rato y nos comentó que era de Londres pero vivía en Mijas y que tenía 71 años y por lo que vimos, una forma física espléndida.
Sinceramente, éste era un inglés que sabía disfrutar de la vida.
Desde la pista, seguimos el camino pasando por el collado del Lobo para al final llegar al último tramo anterior al collado y refugio de la Carihuela.
Hasta ahora habíamos tenido que cruzar algunos neveros pero sin dificultad, pero en esa última zona había mucha nieve y la ladera estaba bastante más inclinada.
Un poco antes de comenzar a cruzar la nieve vimos en el suelo una especie de maletas y un saco.
Nos pareció un equipaje un tanto extraño, pero bueno, no nos preocupó demasiado.
Al rato nos cruzamos con un chico que tenía un casco de ciclista y entonces nos dimos cuenta que se trataban de las alforjas de la bici. Con la cantidad de nieve que había no pudieron pasar con todo y cruzaron primero las bicis y después las alforjas.
Desde luego estaban en una forma magnífica ya que con bici o con alforjas, nos adelantaron varias veces.
Al final llegamos todos a la altura del refugio y después de comer algo y beber agua estuvimos de charla con los ciclistas. Se trataba de dos chicos jóvenes, uno de París y el otro de Lezze que estaban haciendo una travesía con sus bicis y pensaban bajar ese mismo día a Granada.
Llegaron a subir las bicis al tejado del refugio para poder sacarse una foto.
Desde luego, no tenían "pinta" de estar muy cansados.
Nos despedimos de ellos y continuamos camino hacia el albergue, que aunque se veía a lo lejos todavía nos faltaba un buen tramo.
Poco a poco continuamos bajando y pisando algo de nieve hasta que llegamos a la zona del altar de la Virgen de las Nieves y desde allí al albergue.
Lo primero que hicimos al llegar fue quitarnos las botas y sentarnos en la terraza para tomarnos unas jarras de cerveza con limón.
En eso estábamos cuando nos vemos interpelados por una señora, que dijo era francesa de Biarritz y estaba tomándose una copa y fumándose un puro.
De pronto comenzó una pequeña conversación un tanto insulsa, pero al cabo de unos minutos nos estaba contando la vida de su padre, desde la perspectiva de unos terrenos que tuvo en Normandía en la segunda guerra mundial, hasta nuestros días.
Llegó un momento que nos miramos en silencio y decidimos hablar entre nosotros aunque fuese del tiempo.
!!Vaya "chapa"¡¡
¿Qué hacemos para que nos toque, casi siempre, algo así?
Acabamos las cervezas y nos fuimos volando a nuestras habitaciones a ducharnos y ponernos un poco más presentables.
Después de dar unas vueltas por los alrededores, mientras esperábamos la hora de la cena, nos dirigimos al comedor y dimos buena cuenta de lo que nos pusieron delante. Después de otra vuelta por la calle y contemplar el atardecer, nos dirigimos directamente a nuestros respectivos "catres", hasta el día siguiente.
En esta última etapa salimos del refugio en el horario habitual, es decir, sobre las 8,15 horas y llegamos al albergue sobre las 16 horas.
El tiempo efectivo empleado ha sido de unas 6 horas a una media de 2,4 kms./hora.
El tiempo dedicado a descansos, "hamaiketako", fotos, etc., ha sido de 1 hora y 45 minutos.
El desnivel acumulado tanto en ascenso como en descenso ha sido de unos 750 metros.
La longitud total de la etapa ha sido de unos 14,3 kms.

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