Foto de familia.

Foto de familia.
Ascensión a La Aguja Letour. Alpes franceses.

miércoles, 14 de marzo de 2012

(20120314) Circular Benta Ultzama-Gartzaga-Okolin-Saioa-Benta Ultzama.

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Según subimos vemos el convento de Belate al fondo.

Cruzando entre alambradas y menhires.

Seguimos por sendero muy señalizado.

Comenzamos a subir la primera loma.

En la cima de Azkenantz.

De allí venimos.

Aspecto de la hierba quemada por la nieve.

Seguimos hacia otra loma.

La misma vista pero un poco más estrecha.

Hacía calor y a punto estuvimos de beber al lado de las vacas.

Posando en otra pequeña cima.

Seguimos la cresta.

Hacia el pequeño collado vamos.

Del pequeño collado venimos.

En la cima de Gartzaga.

Buzón de Gartzaga.

Comprobando los mapas.

Cruz de Gartzaga.

Parada para el "hamaiketako".

Foto de familia en Gartzaga.

Vista panorámica de la cima de Saioa.

Bajando de Gartzaga hacia el siguiente collado.

Comienza otra subida.

Buzón de Okolin.

Ladera con las pistas marcadas.

Seguimos camino del Saioa.

Por esas lomas hemos pasado.

Y hacia esas otras vamos.

Otra vista pero esta vez con bicho.

Panorama.

Pastos de altura.

Poco a poco.

A la vista la cima de Saioa.

A punto de llegar.

Vértice geodésico y antiguo buzón.

Mucha gente en la cima.

Detalle del buzón de Saioa.

Foto de familia en Saioa.

Desde allí lejos venimos.

Restos de lo que ha podido ser un buzón moderno.

Bosque en la ladera de Okolin.

Bajando por las majadas.

Mojones de piedra que indican límites.

Debido al calor nos preparamos para beber agua.

Rellenando las cantimploras.

Un brindis al sol en medio de un gran monumento megalítico.

Bajando por bosque hacia el convento de Belate.

Tenemos a la vista el convento.

Llegando al edificio.

Asador megalítico.

Pórtico del convento.

Unos minutos para el almuerzo.

Corzos al lado de Benta Ultzama.


En vista que la previsión de la "meteo" era de sol y cielo despejado y que posiblemente la nieve de las cumbres ya habría desaparecido en gran medida, nos animamos a hacer esta excursión ya que varios miembros del grupo hacía muchos años que no pasábamos por la zona del Saioa.

Quedamos citados en los lugares de costumbre sobre las 7,30 horas y nos pusimos en marcha en dirección al Puerto de Belate. Por el camino observamos, una vez más, ese fenómeno meteorológico que llaman inversión térmica. Al salir, en la ciudad, estábamos a 4 grados y a medida que ganábamos altura la temperatura subía, hasta alcanzar los 15 grados en el Puerto de Belate a las 8,30 horas. El día prometía ser caluroso a la vez que bonito.

Aparcamos el vehículo al lado de la Benta de Ultzama y nos pusimos en marcha, por la carretera, hasta alcanzar el alto de Belate y la zona donde la GR-12 cruza la carretera y en la que hay paneles indicadores.

Comenzamos a andar por una ancha pista marcada con señales de GR y que poco a poco comienza a subir dejando en el barranco de la derecha el convento de Belate, mientras nosotros continuamos hacia la izquierda hasta llegar a una zona en la que tenemos que saltar una alambrada y comienza una gran senda entre menhires.

Nosotros continuamos por la ladera y entre los dos caminos, con intención de llegar a la primera loma y desde allí continuar cresteando hasta Azkenaz. El camino está totalmente despejado de árboles y con pasto quemado por efecto de la nieve y el hielo, pero como una alfombra para andar. Después de pasar esta cima sin ninguna indicación, bajamos al pequeño collado de Azkenaz y comenzamos a subir nuevamente hasta la cima de Gartzaga que sí tenía buzón, cruz y de todo. Paramos unos minutos en la cima para comer algo de fruta, los consabidos frutos secos, últimamente un poco de chocolate, etc. y después de beber abundante agua (se notaba el calor y las cuestas) comenzamos a bajar otra vez hacia el collado anterior a Okolin.

Otra vez cuesta arriba llegamos a la cima de Okolin, con su buzón y todo.

Todo el recorrido era una auténtica gozada, el cielo despejado, el suelo mullido, las vistas formidables hacia todas las direcciones, aunque a lo lejos la bruma no permitía definir el perfil de los montes, pero era igual. Estaban preciosos, podíamos ver de manera muy nítida Mendaur, Larun, Aiako Harria, Malloak, Beriain, parte de los Pirineos y un largo etcétera.

Después de Okolin otra vez hacia abajo hasta llegar a otro pequeño collado y después volver a subir hasta la cima del Saioa. Una vez arriba nos juntamos con una pareja que habían subido por el Puerto de Artesiaga y después con otros dos (de nuestra quinta) que llegaron detrás nuestro y que ya habíamos coincidido con ellos en Okolin. Mucha gente para una cima en un miércoles.

Nos sacamos las correspondientes fotos y comenzamos a volver, en principio por el mismo camino y posteriormente continuamos por la ladera derecha del Okolin, pero tuvimos que subir casi hasta la cresta debido a la nieve y barro que se habían acumulado debido a los árboles de esta ladera.

Una vez pasado el Okolin nos dirigimos a la izquierda hacia una zona de grandes pastos y siguiendo unos mojones de piedra que se encuentran en el camino, llegamos hasta una zona de un pequeño manantial donde nos aprovisionamos de agua, ya que nos quedaba poca y todavía nos faltaba un buen trecho de camino. Desde allí llegamos a Hirumugeta, una zona de grandes yacimientos megalíticos donde nos sacamos las correspondientes fotos haciendo un brindis al sol, a la luna y al agua bendita.

Desde esta zona es donde ya empezamos la odisea de todos los días. No queríamos subir ni al Oihana y al Tufarburu por lo que comenzamos a bajar ladera abajo hasta llegar a un pequeño bosque y continuar hacia la izquierda para tomar una pista que baja al convento de Belate. Una vez en el convento aprovechamos para sacar todas nuestras viandas e improvisar un almuerzo que básicamente consistió en:

-Bivalvos gallegos a los aceites esenciales.

-Sardinas pilchardus en aceites de oliva picantes.

-Paté de campagne a les fines herbes.

-Saucisson la Pampelune pimenté.

-Delicatessen variada.

-Vino blanco de la tierra, afrutado y con algo de aguja, delicioso aunque un poco difícil de abrir.

Para terminar y después de unos cuantos tragos de agua, tomamos un delicioso café de termo de Juanma y para culminar el magnífico evento un vaso perfectamente compartido de varios tipos de aguas benditas.

Una vez satisfechos en cuerpo y espíritu, recogimos los trastos y comenzamos a subir (¡Qué dolor!) hacia el punto de encuentro con la pista de ida que nos llevaría hasta la carretera del Puerto de Belate y desde allí solo nos quedó bajar hasta Benta Ultzama, donde aprovechamos para tomar un buen café con hielo sentados en una mesa y viendo pastar a los corzos del lugar.

Un día magnífico, con un tiempo y una compañía magníficas.


Hemos comenzado a andar al lado de la Benta de Ultzama sobre las 8,45 horas y terminado en el mismo sitio sobre las 16,15 horas.
El tiempo efectivo utilizado en la excursión ha sido de 5 horas y 15 minutos a una media de 3,1 kms./hora.
El tiempo dedicado a fotos, descansos, cambios de ropa, "hamaiketako", almuerzo en el convento de Belate, etc., etc., ha sido de unas 2 horas y 15 minutos.
El desnivel total acumulado, tanto en ascenso como en descenso ha sido de unos 960 metros.
La longitud total de la excursión ha sido de unos 16,2 kms.

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