Preparativos última etapa.
Un pequeño lago en el camino.
Estany de Travessani.
Otra vista del Travessani.
Más Travessani según subimos.
Una pose cerca del lago.
Seguimos subiendo.
Pequeñas cascadas.
Subimos por la zona de las cascadas.
Subimos entre agua.
En la parte alta de las cascadas.
El Estany Mangades.
El mismo lago hacia el otro lado.
Aquí tampoco evitamos el atravesar neveros.
Ya casi lo hemos pasado.
Estany de Monges.
Entorno del Estany de Monges.
Reflejo en Monges.
Otra vista del Estany Monges.
Hacia el collado.
Juego de sombras.
Estamos dejando atrás el Estany de Monges.
Llegando a las proximidades del collado.
Indicadores cerca del collado.
Col de Crestada.
Por aquí comenzaremos a bajar.
El Estany Cap de Port.
Desde allí al fondo venimos.
Un baño con perro.
Comenzamos a ver el Estany Restanca.
Dejamos atrás el Cap de Port.
Un descanso en el Estany Cap de Port.
Iniciamos el descenso.
Y continuamos bajando.
Cada vez más cerca.
Todavía nos queda un rato pero ya observamos la presa y el refugio.
Ya casi estamos.
Estany de la Restanca.
Refugio de Restanca.
Puerta entrada del refugio.
Continuamos hacia la pista.
Casi a punto de llegar.
Llegamos a la pista.
Y al final al parking y punto de inicio del recorrido.
Un paisaje nocturno de Unha desde Salardú.
Hoy era la última etapa y el tiempo no podía fallar. Otro día espléndido con cielo despejado y temperatura agradable.
Después de desayunar nos preparamos fuera del refugio y nos pusimos en marcha dirección Estany Travessani para después continuar subiendo y pasando por los lagos Clot, Mangades y Monges, hasta que llegamos al col Crestada, punto de desviación para dirigirse al refugio de Colomers e incluso para subir al Montarto. Nadie estaba por la labor y todos teníamos ganas de llegar al pueblo y darnos una buena ducha.
Desde el col Crestada comenzamos a bajar con intención de pararnos un rato en el Estany Cap de Tort, donde aprovechamos unos minutos para comer algo, beber otro tanto y también aprovechar el tiempo para que el intrépido bañista se metiese en el lago junto a un perro invitado.
Continuamos bajando hasta llegar al refugio de la Restanca donde tuvimos algún pequeño problema con el tema botas.
Teníamos intención de subir al bar-recepción para que nos sellasen la tarjeta y tomar unos cafés o cualquier otra cosa. Lo primero que nos preguntaron era si nos habíamos quitado las botas. Les contestamos que no, que el tiempo era espléndido que las botas las teníamos completamente secas y limpias y que únicamente estaríamos el tiempo necesario para subir y bajar del bar.
Todo eran problemas. En cuanto a la normativa, tenían razón, es preciso entrar en los refugios sin botas, pero únicamente queríamos entrar y salir y nada más, no pretendíamos ensuciar nada, y tampoco lo hicimos, pero así y todo continuaban rígidos con respecto a la norma. Estuvimos un rato sentados a la entrada del refugio y a la sombra, tomamos unas cuantas fotos, bebimos agua y a continuación seguimos nuestro camino sin consumir ni un mísero café. Es cierto que tendríamos que habernos quitado las botas para subir a la recepción, pero teniendo en cuenta el tiempo, la hora y que tampoco pretendíamos subir todos.........., nos parecía excesiva la exigencia tan intransigente sobre el tema de las botas.
Al cabo de unos minutos nos pusimos en marcha con intención de llegar a la pista que nos llevase al parking, donde teníamos los vehículos.
Toda la bajada se nos hizo eterna, pero al final llegamos al lugar de inicio de la travesía.
El recorrido no tiene ninguna dificultad, salvo el largo descenso, y además está bien señalizado pero una vez más recomendamos la utilización de GPS con un buen "track".
Una vez en el parking nos encontramos con bastantes vehículos y bastante gente, nosotros nos pusimos cómodos, nos quitamos las botas, guardamos las mochilas y demás elementos en los maleteros y después de comprobar que los vehículos todavía funcionaban, nos pusimos en marcha dirección Salardú.
Llegamos al refugio Soler, al lado de la piscina municipal, y después llevar todos nuestros trastos a las dos habitaciones que nos había asignado, comer algo suave, darnos una buena ducha y una pequeña siesta.........., quedamos citados a una hora prudencial para intentar dar una vuelta por el pueblo y organizar una buena cena de fin de fiesta.
Estuvimos pensando lugares donde podríamos ir, pero unos estaban cerrados y otros lejos, lo que hacía que necesitásemos vehículo para llegar y volver y no estábamos por la labor.
Al final dimos una vuelta por el vecino pueblo de Unha y decidimos quedarnos a cenar en el famoso restaurante de Casa Carmela, también llamado Es de Don Joan.
No había mucha gente y nos atendieron muy bien.
Después de una pequeña sobremesa y alegres y satisfechos, volvimos andando al refugio después de cruzar el río Unhola y hacer unas cuantas fotos del atardecer sobre el pueblo de Unha.
No recuerdo actuación alguna esa noche.
A la mañana siguiente y después del desayuno, nos pusimos en marcha con intención de volver a nuestros respectivos domicilios.
Ha sido un recorrido muy bonito y con un tiempo sensacional.
Hemos comenzado a andar en el refugio de Ventosa sobre las 7 horas y 15 minutos y terminado en el parking de Pont de Ressec sobre las 13 horas y 15 minutos.
El tiempo efectivo utilizado en la travesía ha sido de unas 3 horas y 50 minutos a una media de 2,6 kms./hora.
El tiempo dedicado a fotos, descansos, agua, "hamaiketako", baños, etc., ha sido de unas 2 horas y 6 minutos.
El desnivel acumulado en ascenso ha sido de unos 443 metros y de 1.200 metros en descenso.
La longitud total de la travesía ha sido de unos 10,3 kms.
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