Foto de familia.

Foto de familia.
Ascensión a La Aguja Letour. Alpes franceses.

miércoles, 9 de noviembre de 2016

(20161109) Circular Asteasu-Alto Andazarrate-Ermita Santa Marina-Asteasu.

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Saliendo de Asteasu.
Iniciamos camino por carretera.
Asteasuko erreka.
El arroyo de Asteasu.
Ruinas de un antiguo molino.
Otra vista.
En la parte trasera tiene una tolva por la que se introducía el grano.
Posiblemente sea el que se conoce como "Beko errota" de Asteasu.
A continuación una práctica fuente.
Vuelve a llover y seguimos camino.
Sorarrainzar.
Ha dejado de llover.      ¡De momento!
Una bonita vista, aunque con nubes bajas.
Sorarrain.
Un pequeño altar.
Una manguera con agua al lado del pequeño altar.
El "baserri" Sorarrain.
Estos también se mojan.
Vuelve a llover y seguimos mojándonos.
Llegando al "jatetxe" Izurtzu.
Seto cuidado con el nombre del "jatetxe".
El aparcamiento y el edificio.
Al lado otra fuente.
Otra fuente cerca del Alto de Andazarrate.
Zona de pic-nic en Andazarrate.
Alto de Andazarrate.
Otra parte del alto.
Continuamos bajando por la carretera.
Vemos la ermita de Santa Marina.
Otra vista de la ermita.
Nos acercamos a la misma.
Ermita de Santa Marina que según dictaminan los expertos fue fundada por la Orden de los Templarios.
Según los archivos municipales de Asteasu esta ermita ya existía en 1.558.
Comenzamos a bajar por sendero embarrado, mojado y algo resbaladizo.
Ahora por bosque.
Por bonito entorno.
Comenzamos a ver los tonos del otoño.
Llegando a la parte baja.
Acercándonos a Asteasu.
Entramos en el pueblo.
Cerca del punto de inicio.

Con objeto de intentar evitar dentro de lo posible las consecuencias de las últimas lluvias, hemos optado por realizar un pequeño recorrido a través de pistas cementadas y demás, evitando en lo posible los senderos y caminos de montaña que se encontraban totalmente embarrados e impracticables. 
Por este motivo nos hemos dirigido al pueblo de Asteasu con intención de dar una vuelta por zonas de pistas, algo de carretera y un poco de sendero de montaña, pero esto último para comprobar el estado del monte después de las últimas lluvias torrenciales. 

Hemos aparcado el vehículo en el centro del pueblo y comenzado a andar por la carretera GI-4141 hasta un poco más adelante que el km. 1,5. 
A un lado de la carretera nos paramos a observar las ruinas de un posible antiguo molino.   
Según parece se le conoce con el nombre de "Beko Errota" y se aprecia una gran tolva en la parte trasera por donde se introducía el grano.
Pasado el km. 1,5 abandonamos la carretera y a través de pista comenzamos a subir pasando primero al lado de una fuente. 
La pista sube en notable pendiente haciendo zetas y primero llegamos al caserío Sorarrainzar y un poco más adelante por el caserío Sorarrain. 
Seguimos subiendo y un poco más arriba dejamos a un lado el caserío Abeletxe y continuamos subiendo hasta llegar al asador Izurtzu.          Continuamos un poco más adelante y llegamos a la carretera GI-4143 que se dirige a Iturrioz. 
Seguimos pasando al lado de otra fuente y de una zona de mesas de pic-nic hasta enlazar con la carretera GI-2631 que va de Billabona a Aia. 
Estamos en el Alto de Andazarrate. 
Continuamos por carretera en dirección a Billabona durante un par de kms. hasta que en una curva pronunciada nos desviamos hacia una pista.      Al principio nos dirigimos hacia la Ermita de Santa Marina.       Según los historiadores esta ermita fue fundada por la Orden de los Templarios y de acuerdo a los archivos municipales de Asteasu ya se hacía referencia a la misma en 1.558.
Aprovechamos un pequeño "aterpe" con una mesa para guarecernos de la lluvia y comer algo de fruta y también algunos frutos secos. 
Unos minutos más tarde reanudamos el camino por zona más de hierba y barro y comenzamos a bajar en dirección al pueblo de Asteasu. 
Entramos al pueblo por la parte Noroeste y después de atravesarlo llegamos al punto de inicio. 

Una vez al lado del vehículo hemos intentando secarnos un poco, ponernos algo más cómodos y dirigirnos hacia el primer bar que hemos encontrado en el pueblo.         Un aperitivo para entrar en calor, un rápido vistazo a las noticias del día y tomamos la decisión de dirigirnos a comer a un prestigioso "jatetxe" de la zona.
Nos sentamos en una bonita mesa redonda dispuestos a degustar todo aquello que nos sirvan.
Comenzamos con:    Sopa de pescado (todo muy triturado), rissoto de champis (todo muy triturado), ensaladas de langostinos (buen aspecto), lasagna de carne y canalones.
Como segundos ha destacado el conejo asado con ali-oli y el secreto ibérico aunque también han pedido algo de lengua en salsa.
El servicio muy rápido, tal vez excesivamente rápido ya que en algunos casos el conejo estaba crudo y en otros casos el secreto ibérico estaba frío ya que después de hacerlo le han añadido una salsa dulce,  pero recién sacada del frigorífico.
En general no ha estado mal pero con detalles que han emborronado un posible magnífico menú.
Unos postres variados, café y algunos espirituosos, antes de emprender el viaje de vuelta.
Todo lo anterior ha estado regado con un tinto desconocido servido en frasca de cristal y con posterioridad nos han sacado otra botella de una marca que en estos momentos no recuerdo.
En fin, lo que está claro es que lo del vino se está convirtiendo en un mito y lo mejor es planteárselo como lo hacía el padre de uno de los miembros de LAUKOAK:       
"No hay vinos malos, existen unos vinos mejores que otros".

Para seguir ilustrando el tema del vino os voy a hacer unas referencias de las expresiones de un enólogo al catar una botella de vino tinto en la cima de un monte a unos 2.500 metros de altura:

"Tan pronto como el vino se puso en copa invadió el entorno una nube de aromas florales y de frutas tropicales.     La intensidad aromática se mostró mucho más significada que en el valle.
Cabe pues,  señalar que en la cumbre, los aromas despliegan una mayor complejidad y por tanto la "nariz" es mucho más potente y abierto.
El color vira a tonos más verdosos, bien por la composición lumínica, menos dispersa o pudiera ser por el reflejo del límpido azul del cielo.      En boca el ataque es más vivo y punzante por la acción conjunta de la menor presión y mayor temperatura.      Destaca un notable aumento de estructura en boca y mayor potencia de sensaciones cítricas.      Vemos como las lágrimas se forman con mayor rapidez y el vino tiene más "pierna" que en el valle.

Si leyendo esto alguien pretende descubrir cómo puede ser este vino, a mí únicamente se me ocurre lo siguiente:
- Que puede tener olor a flores y a frutas tropicales, supongo que a papaya, mango, piña, etc.
- Parece que tiene color tirando a verde.
- Al beber tendrá sabores a limón.

!En principio no me invita mucho a probarlo¡

Todo lo demás no tiene nada que yo pueda interpretar como olores o sabores, ya que la expresión de que los aromas son complejos puedo entender que huele a cantidad de cosas que soy incapaz de descifrar.
Que al inicio de probarlo me resultará más "vivo" y punzante.        ¿Me dolerá la lengua?
Notaré un notable aumento de estructura en boca.        
¿Me montará un andamio en el paladar?

En definitiva, un conjunto de frases que quedan muy bonitas pero que son escasas para expresar sensaciones simples y al final el vino o cualquier otra cosa, tiene que empezar expresando sensaciones simples, para que acabemos diciendo:     
Me gusta, no me gusta, me encanta, me parece espléndido, etc.

Con todo lo anterior queda claro que lo importante no es el contenido sino el continente.
Por ejemplo:    Si decido comprar una pequeña escobilla para limpiar inodoros, parecerá un regalo bastante estúpido e impropio, pero si el mismo instrumento poco "glamuroso" lo envuelvo en un bonito papel satinado y de varios colores vivos, le añado un gran lazo dorado en un lado del paquete y le adjunto una pequeña tarjeta con su correspondiente sobre en la que en su interior escribo:
"Con amor.     Besos".

La primera impresión de la persona que reciba el inesperado regalo será de sorpresa y de gran alegría y posiblemente la primera reacción sea la de dar un abrazo y un beso al encargado de realizar el regalo (eso sí, antes de abrirlo).
Otra cosa será el momento de sorpresa al ver el contenido del paquete, pero este tema ya lo comentaremos la semana que viene.


El recorrido no tiene ninguna dificultad, hay momentos en los que hemos utilizado la PR-GI-76 Asteasu-Zelatun,  por la zona de Andazarrate la GR-34 Donostia-Arantzazu y el resto por carretera y por senderos y pistas no marcadas, por lo que se hace necesario la utilización de GPS con un buen "track".

Hemos comenzado a andar en el pueblo de Asteasu sobre las 8 horas y 17 minutos y acabado en el mismo sitio sobre las 11 horas y 50 minutos.
El tiempo efectivo utilizado en el recorrido ha sido de uns 2 horas y 53 minutos a una media de 3,7 kms./hora.
El desnivel total acumulado tanto en ascenso como en descenso ha sido de unos 556 metros.
La longitud total del recorrido ha sido de unos 10,5 kms.

El tiempo dedicado a fotos, descansos, "hamaiketako", etc., ha sido de unos 35 minutos. Hemos llegado a Asteasu utilizado la N-I hasta Billabona y después la GI-2631 hasta el pueblo de Asteasu.

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